martes, 6 de abril de 2010

Carta a Etelvina

Querida Etel : te escribo este correo electrónico para contarte lo que hicimos con la Elu durante el fin de semana largo de semana santa. ¡No sabés lo que te perdiste por pijotera! Unos paisajes, unas vistas! Nos fuimos el viernes tempranito con la Elu a Rotorua, pasamos por Taupo y en el camino nos tomamos un cafecito con unas masas de rechupete al lado del lago mientras veíamos a unas personas nadar como loooocas a pesar del frío que hacía. Seguimos viaje, yo manejaba en este segundo tramo. No sabés los calores que nos hizo pasar el auto, ya te voy a contar!

Llegamos a Rotorua mucho antes de lo que pensábamos, la ciudad apareció así de golpe. Nos fuimos a turismo, porque viste que somos despistadas y siempre nos perdemos. Averiguamos por un camping y nos querían hacer reservar desde ahí, desde las oficinas de turismo, sin siquiera dejarnos ver el lugar. Pero que tupé! Nos dimos media vuelta, claro, subimos a nuestro móvil, prendimos el estéreo y marchamos al compás de La Bamba para ver cómo estaba ese lugar. Decidimos quedarnos. En algún lugar teníamos que dormir, claro. Después de reservar nuestro lugar para erigir nuestro hotel 5 estrellas para tres personas nos fuimos rumbo al lago de la ciudad para hacer un picnic con las delicias que llevábamos desde Napier: pizza fría y papas fritas de oferta… una locura!

No sabés lo que nos pasó mientras disfrutábamos de nuestro almuerzo. Un cisne del tamaño de un tiranosaurio empezó a nadar hacia donde estábamos, se acercaba despacito el muy turro, y salió del agua amenazante, listo para atacarnos y robarnos nuestra comida. Te parece a vos? Qué insolente! Pero por suerte entre la Elu y yo nos damos mania, viste? Diseñamos un plan estratégico para alejarlo: le tiramos una papafrita a un costado para que la fuera a buscar y nosotras poder recuperar el tupper. Imaginate si nos quedábamos sin tupper…

De ahí volvimos a armar nuestra morada, que estamos tan duchas que nos llevó alrededor de quince minutos nomás. Y cazamos el termo, el mate y nos fuimos a unas cascadas y a ver una seguidilla de lagos. Unos paisajes! Ya cuando nos juntemos a tomar el té te llevo las fotos y te muestro lo que son… Así, de lago en lago, estuvimos hasta que era casi de noche, y empezamos a emprender la vuelta a la ciudad con olor a cloaca superpoblada – hay unos geiseres con azufre en la ciudad que dan un olor que madre mía! – y en el camino nos cruzamos con un bosque, que me contás? Redwood se llama, una forestación densa tan linda que no nos quedó otra que ir a caminarlo un rato, te imaginarás. Después de perdernos y encontrarnos marchamos hacia nuestra morada. No sabés como dormimos! Y eso que yo tuve que comprarme dos mantitas para la bolsa de dormir, viste? Porque no me abriga bien. Por suerte pagué 4 dólares por las 2. Una ganga! (incluso ya me fui a comprar dos más, como te imaginarás, para regalarle a los nietos).

A la noche nos comimos unas hamburguesas en uno de esos locales de comidas rápidas, pero no en esos que salen en la tele, uno que es típico de acá. No nos pareció gran cosa, hemos probado mejores manjares… La cuestión, Etel, es que al día siguiente nos fuimos tempranito después de desarmar la carpa para el lado de Tauranga. No me lo vas a poder creer cuando te lo diga, estaba lleno de gente!! Incluso más que ahí en Auckland, donde estás vos. Y mucho argentino también, era como estar en Buenos Aires casi. Ahí Elena me llevó a ver un partido de hockey, quién se lo iba a imaginar a mi edad en un partido de lo que fuera!? Jugaron estas chicas de Argentina, las Tigresas o algo así, con las chicas All Black del hockey, las de acá. La hemos pasado de bien! Y ni yo lo hubiese creído, eh.

A la tarde nos fuimos a visitar a Cristian y a Luisa, estos dos chicos que iban a “loning” con nosotras. Un amor, mirá! Casi ni parecen Argentinos. Con la Elu decidimos no quedarnos en ese agujero del infierno porque mucha gente nos abombaba, vistes? Entonces nos fuimos para el lado de Rotorua de nuevo, llegamos requete tarde, como a las ocho. Así que como estaba oscuro paramos en un camping donde unas señoras amables nos dieron un poco de bolognesa que usamos para adornar nuestro arroz. Ahora, esta gente no sabe lo que es comer… ponerle clavo de olor a la bolognesa?? Eso es un crimen en todos los estados democráticos, querida!

Ni bien amaneció ya estábamos de punta en blanco, con la carpa hecha un matambre y todas nuestras pertenencias adentro del coche. Pasamos por la ciudad de Rotorua (la del olor a pedo, te acordás?) porque era paso obligado, y cargamos nafta. Ay, Etel, acá viene el primer calor que pasamos con el auto. Una vez que pagamos la nafta y yo me compré un cafecito para el camino y unos chocolates para compartir con Elena – vos sabés que yo sin café no funciono y Elena con chocolate es más feliz –, me siento en el lado del conductor, me abrocho el cinturón de seguridad, pongo la llave en la hendidura para encender el motor (no sé para que te cuento esto, ese procedimiento creo que ya lo conocemos las dos, querida) y, la cuestión es que el muy hijo de puta no arranca! Qué vergüenza! Ahí estábamos las dos sin poder mover el auto en el medio de los surtidores de nafta… y bueno, llame a la gente del seguro, viste… creo que hablé con la mitad de las operadoras del AA y me dieron a entender que nuestro seguro no servía para cuando se rompe el auto. Habrase visto! Me quería morir! Para qué pago yo tanta plata por mes si accidentes no tengo?

Entonces pusimos cara de cordero desplumado… gallina degollada, lo que sea, y empezamos a preguntar si nos podían prestar el cable para la pila esa grande que tiene el auto – no sabés lo que estamos aprendiendo de autos, querida – hasta que un buen hombre con su familia nos dio corriente y pudimos arrancar. Que papelón! Al final salimos para el lado de un lago que se llama Waikaremoana – como si fuera poco ocupar parte de la currícula escolar con su idioma, los maoríes se dan el lujo de ponerle nombre a todos los lagos, podes creer? – que queda en el medio de un camino de ripio que para qué te cuento! Más de tres horas viajando por ahí! Pero bueno, al final llegamos al lago. Qué placer, qué paisajes! Ya vas a ver las fotos… Acampamos ahí, un lugar precioso! Lástima que llovió toda la noche, se levantó un viento de los mil demonios y al día siguiente tuvimos que enrollar la carpa toda mojada. Casi se nos queda la batería de nuevo en el camino, que todavía era de ripio, un horror, mirá! Y para colmo nos cruzamos con un hombre que llevaba en su mano una cabeza de alce y nos saludaba mientras mirábamos atónitas como chorreaba sangre de ese cuello recién rebanado!

Pasamos por una ciudad de nombre Wairoa, que más bien parecía un pueblo fantasma, no sabés lo triste que nos puso. Igual nos tomamos un café, como hacemos en cada lugar que vamos. Es como nuestra marca, como cuando los perros orinan un árbol. Y al final decidimos volver a casa, a Napier, porque no sabíamos si la pila del auto nos iba a abandonar de nuevo (casi no arranca el coche en el medio del viaje, y encima, no me lo vas a creer, se hizo una rajadura en el radiador!).

Cuando llegamos a casa nos recibieron muy bien todos los que estaban acá, el dueño del hotel saltaba mientras nos daba la bienvenida, no sabés qué plato! Bueno, ahora te dejo que me voy a sacar los ruleros y a poner el agua para los fideos. Después te cuento novedades sobre el día de hoy que, como ya sabés, es mi cumpleaños número 86. Me siento de 26, mirá!

Te mando un beso grande y Elu te manda otro.

Cariños,

Esther.

Pd: te mando una fotito para que vayas viendo los lugares de nuestras aventuras.

1 comentario:

  1. Mi amor, no vuelvas a hacer cartas a Etelvina que requieren demasiado esfuerzo mental para deshilvanar cuándo Esther (vos no eras Estela??? O Elena???) se supone que está senil o qué :p

    Qué tema hay con Rotorua que ya creo haber leído dos veces que tiene olor a pedo?? Es tan así? Toda la ciudad?

    En fin, qué lindo que hayan tenido unos días para descansar y salir a luchar con el auto por las estepas! Esto ya es de hace un rato, pero como no firmé decidí hacerte saber que la próxima queremos a Fabio, que Esther nos cae bien, pero es un poco hinchabolas la vieja, viste? :p

    Muchos besos!!

    ResponderEliminar