sábado, 26 de junio de 2010

Alimento para el Ego

Como les contaba, luego de saludar a Mara por segunda vez, me fui a hacer las fotocopias de mi CV y empecé a recorrer los institutos. La primera parada fue en un lugar que era nada más y nada menos que una universidad o algo por el estilo. Cuando llegué y me encontré con semejante edificio tuve que pensar dos veces antes de entrar, pero me dije “total, que hay que perder?”. Me metí nomás, me acerqué hasta informes y le pregunté a uno de los señores “ustedes tienen cursos de inglés acá, verdad?” y muy amablemente, con evidentes ganas de llenar un formulario para enrolarme en alguno de los cursos, me contesta: así es. Lo corté en seco y le dije antes de que pudiera seguir pronunciando palabra: genial, porque vengo a dejar mi currículum por si necesitan profesores de inglés. Lejos de transformársele la cara en algo parecido a la parte del cuerpo donde nos sentamos me respondió que eso debía hacerlo en la oficina de recursos humanos, y me indicó como llegar hasta ahí. Hasta el final del pasillo, para arriba por las escaleras, a la izquierda y a la derecha en el primer pasillo. Una señora me invitó a llevar mi CV a la planta baja y yo decliné su invitación explicándole que en planta baja me habían indicado su oficina. No me recibieron el currículum porque no tienen “hard copies” en las oficinas y las aplicaciones se hacen por medio del sitio web, así que la nueva invitación fue para que estuviera atento a lo que se publicara en la página y pudiera enviar mi CV desde ahí cuando surgiera alguna oferta laboral.

El segundo lugar al que fui (a este le tenemos fe, ya van a ver por qué) llegué casi de noche - en esta época del año anochece a las 5.30 pm -. Le digo a la japo de la recepción “genki desu ka, chabona? Todo biento? Te vengo a dejar el currículo, te vengo” y me mira con cara de “que cojones???”. Le explico que soy profesor de inglés calificado y me pregunta de qué país era, cuando le respondo sale una señora de la sala de profesores, una mujer en sus cincuentas, bajita, de contextura robusta y piel semi-morena. Esta buena cristiana, que no sufría de enanismo ni problemas tiroidales, me dice en castellano: de dónde?? De Argentina, y usté, le dije yo, argentinísimo. De Perú. Wachi waaau, la tipa está acá desde hace 25 años, es profesora de inglés, claro, y tiene unos cuantos titulos de cursos ñoños. Me hizo pasar a la sala de profesores para charlar con ella (que por cierto es la directora de estudios) y, en síntesis, le gustó mi CV y me elogió el inglés - lo que siempre viene bien para el ego -. Me dijo que no había ningún cargo por el momento, pero que si necesitaba relief teachers (profesores de inglés y similares, atentos al término “relief teacher”) me iba a tener primero en la lista, y que hace tiempo viene pensando en abrir un curso de español, que de hacerlo le gustaría que empezara dándolo yo. Más que chocho por tanta lata me fui al tercero, que no existía. Pero a quién lo importaba si el tercero no existía, ya el buen humor se me embotellaba en la garganta.

El cuarto fue todo un episodio aparte. Un señor en sus sesenta y tantos en la recepción, con un aspecto lejos de ser secretario, rodeado de un quilombo padre, me recibe, me hace esperar, me hace sentar, me hace esperar de nuevo, me presenta a una señora, me habla. Le cuento cual es el fin de mi visita, le entrego mi cv y cover letter, ojea ambas cosas y luego de pensar largo y tendido me explica algo que yo escucharía más seguido que los ronquidos del malayo que duerme en la cama de arriba de la mía: no hay mucho trabajo ahora porque no hay demasiados alumnos, entonces no te puedo ofrecer un cargo. Al leer la cover letter tenemos una interacción parecida a esta:

Viejo: did you write this?
Yo: (pensamiento Ally McBeal: DUUUUH, no, le pedí a mi hermano que es licenciado en psicología solo de hobby y lo conocen en los pueblos de habla inglesa como Mr Felicity que me lo escribiera) Yes, of course I wrote it.
Viejo: it’s very well written, I cannot find any grammar mistakes
Yo: (pensamiento AMB: waaaaaaa, posta????) I hope not!
Viejo: and there are no ambiguities either…
Yo: (pensamiento AMB: este me toma por pelotudo?) I know, I proof-read everything I write, even when I write in my mother tongue.
Viejo: the only thing… is… “disposal” means “get rid of”
Yo: (pensamiento AMB: síp, me toma por pelotudo) I know, but there’s a second entry
Viejo: you mean like a second meaning?
Yo: yes
(pasa la señora que me había presentado minutos antes y se pone a buscar algo en la computadora. Interviene.)
Señora: well, actually you could use the word disposal in that case, but it would mean you have all the time available for the other person, it’s better if you say “at your convenience”
Yo: (pensamiento AMB: and the difference would be….) ok, I have learned something, thanks! (sonrisa falsa)
Viejo: well, I’m only telling you this because you are a teacher, if you were a student I wouldn’t even mention it.

La cuestión es que luego de buscar algo para corregirme, porque los profesores de inglés somos una raza aparte que necesita buscar el error en algo y hacerlo resaltar para desquitarnos con nuestros alumnos haciéndolos pagar por lo que sufrimos nosotros cuando estudiantes (nothing personal, Sandra. Nothing personal, Andrea), me preguntó si hablaba bien español, le respondí con un simple “I should, it’s my mother tongue” acompañado de una ceja levantada, y me ofreció mirar la página del instituto y que le pasara un presupuesto para hacerle la traducción al castellano. Le agradecí y me fui cantando a buscar mi merienda.

(continuará…)

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