viernes, 11 de junio de 2010

Cristoiglesia en breve

Llegamos a Christchchurch un miércoles por la noche luego de manejar varias horas en la oscuridad que nos hizo perder unos, creemos, paisajes superinteresantes, y luego de hacer varias paradas en el camino para tomar café y estirar las piernas para no perder el control del volante. Christchurch nos recibió de madrugada con la ansiedad de lo nuevo y la alegría de habernos ido de ese antro de mala muerte. Nos hospedamos en el Base ya que nos quedaba una noche paga desde Wellington y pasamos los primeros dos días caminando de hostel en hostel para conseguir trabajo a cambio de alojamiento y ahorrarnos una plata necesaria. Finalmente conseguimos trabajo de housekeeping, que no es otra cosa que ser un mucamito con cama adentro pero sin sueldo. Por lo pronto seguimos en la búsqueda de empleo pago, porque queremos dejar de ser mucamitos y juntar algo de plata. Aparentemente tenemos el karma de estar siempre en el lugar correcto pero en el momento equivocado. Es decir, llegamos a un lugar generalmente antes de que empiece la temporada de lo que sea. En Auckland estaban de vacaciones, en Hawke’s Bay la temporada se había retrasado por el clima, lo mismo que en Hawke’s Bay nos sorprendió en Bay of Plenty con los kiwis, y ahorita, Cristo Iglesia está en temporada baja y los trabajos no abundan.

Recibimos noticias de que tenemos que irnos más al sur a una ciudad que se llama Queenstown. El problema es que no sabemos si es una fantasía colectiva que quedó en la mente de los kiwis pre-recesión o si realmente es posible encontrar trabajo allá, ya que cuando buscamos avisos en la zona sur no aparecen más que ofertas para chefs con 32983 años de experiencia en la cocina o managers de todo tipo y tamaño con otro tanto de experiencia en su area.

La ciudad es muy linda. Tiene construcciones viejas bien inglesas y otras no tanto. La temperatura es más baja que al norte, obviamente, y aparentemente estamos esperando que el lunes caiga nieve. Hoy por lo pronto fue un día bastante cálido y realmente no hay mucho mas que contar más que lo que ya conté.

Salú!

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